Con motivo del Día Mundial de la Salud Mental, que se celebra cada 10 de octubre para desestigmatizar los trastornos mentales, abordamos un problema muy común: la hipocondría. Y lo primero es aclarar el significado de hipocondriaco.
La hipocondría, también llamada hipocondriasis, es un trastorno en el que la persona vive con el temor persistente de padecer una enfermedad grave, incluso cuando las evaluaciones médicas son normales.
Ser hipocondriaco no es “exagerar”, sino una condición que puede generar ansiedad intensa y afectar la vida cotidiana.
Reconocer las señales es fundamental para poder pedir ayuda. Estos los síntomas de la hipocondriasis:
Las causas de hipocondría no son únicas ni simples:
No es fácil, pero estas estrategias pueden ayudarte a saber cómo manejar la hipocondría:
Si el miedo a enfermar interfiere en tu vida diaria, tu trabajo o tus relaciones, ha llegado el momento de pedir ayuda. Tras confirmar el diagnóstico de hipocondría, el tratamiento temprano puede incluir terapia psicológica, medicación o ambos.
En pocas palabras, ser hipocondriaco es vivir convencido de que un estornudo inesperado o un leve cosquilleo podrían ser señales de algo grave… aunque los análisis y revisiones digan lo contrario. Este temor persistente suele ir acompañado de costumbres como buscar síntomas en internet (a veces más de la cuenta) o acudir al médico con tanta frecuencia que te saluda por tu nombre al verte entrar.
Si esa preocupación se mantiene durante meses y empieza a entrometerse en tu trabajo, tus relaciones o tu tranquilidad, probablemente no sea solo una simple aprensión: podría tratarse de hipocondría, y un profesional de salud mental puede ayudarte a poner las cosas en perspectiva. En esos momentos en los que una molestia menor parece un argumento para una serie dramática con final fatal, practicar respiración profunda, distraerte con actividades que te gusten y recordarte que los pensamientos no siempre son hechos puede resultar sorprendentemente útil.
La terapia cognitivo-conductual es el enfoque que más suele funcionar y, en algunos casos, puede complementarse con medicación. La hipocondría no suele presentarse aislada: con frecuencia se acompaña de otros trastornos emocionales como la ansiedad o la depresión, lo que refuerza la necesidad de un acompañamiento profesional para cuidar tu salud mental.
En definitiva, ser hipocondriaco no es un rasgo de carácter, sino una condición que merece comprensión y cuidado. Reconocer los síntomas, entender las causas y aplicar estrategias para mantener la calma son pasos esenciales.
Apoyarte en profesionales de salud mental, cuidar tu estilo de vida y mantener conversaciones abiertas con tu entorno te ayudará a recuperar la tranquilidad. Pedir ayuda es un acto de autocuidado, no de debilidad.
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