Las mascarillas autofiltrantes tipo FFP2 y FFP3 pueden proteger a los alérgicos al polen al reducir hasta un 80 % las partículas de polen y polvo en aire inhalado.
La primavera, la estación de las flores, es también la estación de las alergias por excelencia. Durante estos meses se produce la polinización de las plantas y minúsculas partículas de polen colonizan el aire y provocan una respuesta inmunológica en millones de personas en España. Es cuando aparecen esos síntomas que nos resultan tan familiares: estornudos, picor de nariz y ojos, picor de garganta, tos e incluso dificultad para respirar.
Según las previsiones, la primavera 2024 pondrá en jaque a miles de alérgicos al polen en España, principalmente en el centro peninsular, ya que las altas temperaturas registradas al inicio del año y la gran cantidad de precipitaciones harán que el polen se mantenga más tiempo en el ambiente, haciendo que los síntomas de la alergia sean más persistentes.
Así lo indica el Comité de Aerobiología Clínica de la Sociedad Española de Alergología e Inmunología Clínica (SEAIC), encargado de determinar cada año la intensidad de la primavera para los alérgicos al polen.
Para ello, el Comité utiliza los datos de temperatura, precipitaciones y humedad de la Agencia Estatal de Meteorología (AEMET) y datos históricos de pólenes de gramíneas de las diferentes estaciones de la Red de Captadores que tiene la SEAIC en toda España. También cuenta con el asesoramiento del Área de Estadística e Investigación Operativa de la Universidad de Castilla-La Mancha.
Mientras la primavera será leve en Canarias, la Cornisa Cantábrica y el Litoral Mediterráneo, en el Centro y Sur Peninsular la concentración de polen será mayor y sufrirán una primavera moderada y/o intensa, lo que agravará los síntomas alérgicos.
En el Sur Peninsular, la concentración de polen podría oscilar entre los <1.000 granos/m3 en Almería y de los 7.000 a los 12.000 granos/m3 en Cáceres y Badajoz.
Tanto el cambio climático como la contaminación están aumentando la incidencia de las enfermedades alérgicas. Según la AEMET, el mes de enero de 2024 ha sido el más cálido en España desde que hay registros, con una media de 8,4 °C, lo que supone 2,4 °C por encima de la media de ese mismo mes.
Las altas temperaturas y la falta de precipitaciones influyen en el momento y en la forma de polinización de las plantas, haciendo que aumenten los síntomas alérgicos y las enfermedades respiratorias, como el asma, la rinitis alérgica y la conjuntivitis.
Además, se está produciendo un cambio en la distribución y la cantidad de polen en las áreas urbanas, así como en los periodos y la duración de las temporadas con altos niveles de polen.
La "buena noticia" es que, según la SEAIC, el uso de la mascarilla puede tener ciertos beneficios en quienes padecen este tipo de alergia. Y es que puede ayudar a reducir de manera significativa los molestos síntomas alérgicos, además de proteger contra la COVID-19 y otras enfermedades infecciosas. Además, el uso de mascarillas en personas alérgicas disminuye el consumo de medicamentos como los antihistamínicos o las visitas al médico.
Pero no todas las mascarillas tienen el mismo efecto. Las mascarillas autofiltrantes tipo FFP2 y FFP3 son las que protegen a los alérgicos al polen, ya que reducen hasta un 80 % las partículas de polen y polvo, por lo que se produce una reducción de los síntomas.
También es importante la correcta colocación de la mascarilla para que cumpla con su función: debe cubrir tanto la nariz como la barbilla y evitar que las fosas nasales queden al descubierto.
Afortunadamente, los alérgicos cuentan con un gran número de productos eficaces para aliviar los síntomas de la alergia. Pero además, es recomendable tomar las siguientes medidas para minimizar el impacto del polen:
Fuente:
y recibe un 5% de descuento en tu próximo pedido.
¡y mucho mas!