El golpe de calor debe considerarse una emergencia médica y por ello es importante aprender a actuar ante esta circunstancia.
El golpe de calor se alza como una amenaza invisible durante los días calurosos del verano, poniendo en riesgo nuestra salud y bienestar. Según el Sistema de Monitorización de la Mortalidad Diaria del Instituto de Salud Carlos III, en España se produjeron 4.744 muertes atribuibles al exceso de temperatura entre los meses de junio y septiembre de 2022.
Dadas estas cifras y debido a sus consecuencias potencialmente mortales, es fundamental que todos estemos preparados para actuar ante un golpe de calor, que puede afectar a personas de todas las edades.
¿Qué es un golpe de calor?
El golpe de calor se produce por el aumento excesivo de la temperatura corporal debido a una exposición prolongada a altas temperaturas, falta de hidratación o una actividad física intensa en condiciones calurosas. Esta exposición a temperaturas elevadas hace que el organismo pierda agua y sales minerales, que sea incapaz de regular su temperatura y que los órganos no puedan funcionar adecuadamente.
Algunas de las situaciones que pueden desencadenar un golpe de calor incluyen permanecer expuesto al sol durante mucho tiempo, trabajar o hacer ejercicio en un ambiente caluroso sin suficiente hidratación, vestir ropa inadecuada para las condiciones climáticas o estar en lugares con poca ventilación, como automóviles cerrados.
¿Cuáles son los síntomas de un golpe de calor?
- Temperatura corporal elevada (por encima de 40 °C).
- Piel caliente y seca, sin sudoración.
- Dolor de cabeza, mareos y confusión.
- Dificultad para respirar.
¿Cómo actuar ante un golpe de calor?
Debemos tener en cuenta que el golpe de calor es una emergencia médica y que la persona afectada necesita ayuda inmediata, ya que de lo contrario podría causarle la muerte.
El objetivo fundamental de la atención a la persona con golpe de calor es bajar la temperatura corporal y buscar ayuda médica inmediata en el caso de que sea necesaria.
Para auxiliar a una persona con golpe de calor puedes seguir estas recomendaciones:
- Mantener a la persona tumbada boca arriba en una zona fresca y ventilada.
- Aflojar la ropa, retirar toda la que no sea necesaria y darle aire con un abanico o ventilador.
- Refrescar la cabeza, la cara, el cuello, la nuca y el pecho con toallas, paños o compresas mojadas con agua fría (no aplicar hielo).
- No sumergir a la persona en agua helada ni realizar friegas con alcohol.
- Si la persona está consciente, ofrecerle agua o una bebida isotónica.
- Llamar al 112 para que pueda recibir asistencia, lo antes posible, por los servicios médicos.
Ante un golpe de calor, mantén a la persona tumbada boca arriba en una zona fresca y ventilada y aplícale paños o toallas mojadas en la cabeza, cara, cuello, nuca y pecho.
¿Cómo se pueden prevenir los golpes de calor y otros efectos nocivos del calor?
El golpe de calor es una de las consecuencias más graves de las altas temperaturas, pero estas también pueden causar otros síntomas importantes, como insolación, deshidratación, quemaduras, estrés o agotamiento por calor.
Los siguientes consejos te ayudarán a prevenir los efectos más perjudiciales del calor:
- Mantente bien hidratado y bebe suficiente líquido todos los días, aunque no sientas sed. Se recomienda beber al menos 2 litros de líquido al día, preferiblemente agua. Para más tips sobre cómo mantenerte hidratado, consulta el artículo Alerta en verano: no descuides tus niveles de hidratación.
- Evita el consumo de alcohol, bebidas con mucha cafeína o altamente azucaradas, ya que pueden causar deshidratación.
- Asegúrate de que las personas a tu cargo, especialmente niños y ancianos, están bien hidratados. Tal y como indica la Asociación Española de Pediatría, en los niños más pequeños la temperatura corporal sube más rápido que en los adultos porque tienen una menor reserva de agua y sudoración, y debido a que su sistema respiratorio aún es inmaduro. Por ello, ofréceles agua con frecuencia sin esperar a que te la pidan.
- Procura hacer comidas ligeras y refrescantes que te ayuden a reponer las sales minerales que se pierden a través de la sudoración, como ensaladas, sopas frías o frutas de verano, que tienen un alto contenido de agua.
- Evita salir a la calle durante las horas más calurosas del día y permanecer durante mucho tiempo en zonas soleadas, cálidas y sin ventilación.
- Cierra las persianas y ventanas durante el día, y ábrelas durante la noche y la madrugada para ventilar y refrescar las habitaciones.
- Utiliza ventiladores o aire acondicionado para mantener las estancias frescas y date baños o mójate con frecuencia.
- No hagas deporte ni esfuerzos físicos intensos al aire libre durante las horas más calurosas.
- Usa ropa ligera de colores claros que permita la transpiración y protégete con un sombrero o gorra.
- Utiliza protector solar y evita la exposición directa al sol, especialmente en periodos de alta radiación.
- Bajo ningún concepto dejes a una persona o mascota dentro de un vehículo, aunque este se encuentre a la sombra y con las ventanillas abiertas.