Dieta nórdica: saludable, pero no menos que la dieta mediterránea

Dieta nórdica: saludable, pero no menos que la dieta mediterránea
Redacción Welnia
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Welnia

may 10, 2022
¿En qué consiste la dieta nórdica? ¿Cuáles son sus beneficios para la salud? Te contamos las conclusiones a las que ha llegado un estudio de la Universidad de Copenhague.
Al leer “dieta nórdica”, nos puede venir a la cabeza un alimento como el salmón. Pero este patrón alimentario, además de otros productos típicos de su zona geográfica, tiene detrás un fundamento, como veremos a lo largo de este artículo.

Lo último que se ha conocido sobre la dieta nórdica es su capacidad para reducir el nivel de colesterol y de azúcar en sangre, además de prevenir distintas enfermedades cardiovasculares y la obesidad. A esta conclusión ha llegado un estudio de la Universidad de Copenhague (Dinamarca) publicado el pasado mes de febrero en la revista científica Clinical of Nutrition.

Antes de hablar de sus fortalezas, conviene saber que este modelo dietético tiene su base en los alimentos tradicionales de los países nórdicos (Dinamarca, Finlandia, Islandia, Noruega y Suecia). Además del salmón, en esta dieta prima el consumo de otros pescados azules, como la caballa y el arenque; cereales integrales (cebada, avena y centeno); bayas o frutos rojos (arándanos, frambuesas y moras); frutas, como manzanas, peras y ciruelas; verduras de hoja verde y de raíz, incluyendo gran variedad de crucíferas (repollo, coliflor y coles de Bruselas); hortalizas, como la cebollalegumbres frescas, como vainas de judías y guisantestubérculos, como las patatas, y lácteos bajos en grasa.

Decálogo de la dieta nórdica

Según consta en sus guías de actuación, la dieta nórdica defiende este decálogo:

  1. Tomar a diario más fruta y verdura.
     
  2. Consumir más productos integrales.
     
  3. Comer más alimentos procedentes de mares y lagos.
     
  4. Ingerir carne de mayor calidad y en menor cantidad.
     
  5. Comer más alimentos silvestres.
     
  6. Consumir productos orgánicos siempre que sea posible.
     
  7. Evitar los aditivos alimentarios.
     
  8. Procurar comer más platos basados en los alimentos de temporada.
     
  9. Alimentarse con más comida casera.
     
  10. Producir menos cantidad de desperdicios.

Volviendo al estudio coordinado por la universidad danesa, los investigadores analizaron las muestras de sangre y orina de 200 personas mayores de 50 años, todas con un índice de masa corporal (IMC) elevado y un mayor riesgo de diabetes y enfermedades cardiovasculares. Se dividió a los participantes en dos grupos: uno cumplió las recomendaciones dietéticas nórdicas y el otro siguió llevando su dieta habitual (el grupo control).

Tras seis meses de seguimiento, el resultado fue claro. El grupo de la dieta nórdica se volvió significativamente más saludable, con niveles más bajos de colesterol, niveles generales más bajos de grasas saturadas e insaturadas en sangre y una mejor regulación de la glucosa, en comparación con el grupo de control. Mantuvieron estable el peso del grupo con la dieta nórdica, lo que significa que los autores del estudio les pidieron que comieran más si perdían peso. Incluso sin pérdida de peso, se vio una mejora en su salud.

¿Cuál puede ser la explicación para estos resultados con la dieta nórdica? La hipótesis de los autores del estudio es que la ausencia de alimentos altamente procesados ​​y la menor cantidad de grasas saturadas de origen animal tienen un efecto muy positivo, así como la elevada presencia de grasas insaturadas omega-3 y omega-6. En particular, las grasas en la dieta nórdica provienen, principalmente, del pescado, las semillas de lino, el girasol y la colza.

En la dieta nórdica, las grasas provienen de pescados como el salmón, de las semillas de lino, del girasol y de la colza

La dieta mediterránea no se queda atrás

¿Dieta nórdica y dieta mediterránea son comparables? En 2018, la Organización Mundial de la Salud (OMS) publicó un informe que afirmaba que tanto la mediterránea como la nórdica podían ayudar a reducir el riesgo de enfermedades no transmisibles, como el cáncer, la diabetes o los problemas cardiovasculares.

En concreto, la dieta mediterránea se caracteriza por el uso de aceite de oliva como principal fuente de grasa; un elevado consumo de frutas, verduras, hortalizas, legumbres, frutos secos y cereales integrales; un consumo moderado de carne blanca (principalmente de aves), pescado, huevo y productos lácteos, fundamentalmente queso de oveja y yogur; y un bajo consumo de carne roja y alimentos procesados, cremas y bebidas azucaradas.

Esta dieta, propia de países como España, Portugal, Italia, Francia, Grecia, Malta, Croacia e incluso Marruecos, ha demostrado sus bondades en numerosos estudios de investigación. Uno de ellos, liderado por el Centro de Investigación Biomédica en Red Fisiopatología de la Obesidad y Nutrición (Ciberobn), concluye que el patrón mediterráneo reduce el riesgo de padecer enfermedad cardiovascular en poblaciones que incluyen personas con diabetes.

En conclusión, observando los resultados publicados, la dieta nórdica es saludable, pero no menos que la dieta mediterránea, cuyos alimentos de proximidad favorecen su seguimiento por parte de la población española. 

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