Aunque los humanos solemos pensar que eso de ser alérgico es solo “cosa nuestra”, lo cierto es que nuestros compañeros de cuatro patas también pueden desarrollar reacciones alérgicas bastante molestas e incluso crónicas.
Las alergias son reacciones del sistema inmunológico ante sustancias normalmente inofensivas, conocidas como alérgenos. Estas pueden encontrarse en el aire, en ciertos alimentos o incluso en las picaduras de los insectos. Cuando un perro o un gato alérgico entra en contacto con estos alérgenos, su organismo libera histamina y otras sustancias que desencadenan una respuesta inflamatoria, provocando síntomas cutáneos o respiratorios, entre otros.
Las alergias más frecuentes pueden clasificarse en varias categorías, en función de la vía de exposición y del tipo de alérgeno. A continuación, repasamos los principales tipos de alergias en perros y gatos:
Las alergias alimentarias en perros y gatos son tan frecuentes como las ambientales. Se manifiestan principalmente con picor persistente durante todo el año, sin relación con las estaciones.
La alergia alimentaria en gatos suele afectar a la cabeza y al cuello, y puede ir acompañada de distintas lesiones, como pápulas, placas eosinofílicas o pérdida simétrica de pelo; mientras que la alergia alimentaria en perros se caracteriza por la aparición de picor en la cara, orejas, patas, abdomen o zona perianal.
No existen pruebas fiables para diagnosticar este tipo de alergia. La única forma de confirmarla es mediante una dieta de eliminación que debe estar compuesta exclusivamente por ingredientes nuevos o por proteínas hidrolizadas. Si los síntomas desaparecen y luego reaparecen al reintroducir la comida habitual, se puede confirmar la alergia.
Los ingredientes que con más frecuencia causan alergias alimentarias en perros son la carne de vacuno y de pollo, el huevo, el maíz, el trigo, la soja y los productos lácteos. Las alergias alimentarias en gatos suelen estar causadas por el pescado, la carne de vacuno, el pollo y la leche.
La alergia ambiental en perros y gatos se produce por una sensibilidad a alérgenos presentes en el entorno, como el polvo, el polen, los ácaros o el moho.
La atopia es una de las causas más comunes de alergia en la piel de nuestros compañeros peludos.
Los síntomas de alergia en gatos suelen comenzar antes de los cinco años de edad, mientras que los síntomas de alergia en perros aparecen entre los seis meses y los tres años. En ambos casos, el picor es el signo principal, aunque también pueden aparecer estornudos, rinitis o signos asmáticos en un pequeño porcentaje de animales. Los gatos afectados tienden a lamerse y rascarse compulsivamente, lo que provoca enrojecimiento, pérdida de pelo y formación de costras. En los perros, el picor puede ser localizado (orejas, patas o abdomen) o generalizado, con aparición de infecciones secundarias en la piel o los oídos.
Este tipo de alergia no se puede diagnosticar con una prueba única. El veterinario suele basarse en la historia clínica, la exploración física y la exclusión de otras causas. Las pruebas de alergia sirven para identificar los alérgenos responsables y orientar un tratamiento inmunológico personalizado (vacunas o gotas).
El tratamiento de la dermatitis atópica es de por vida y requiere un enfoque integral: evitar los alérgenos cuando sea posible, controlar los brotes, mantener la piel en buen estado, tratar infecciones secundarias y seguir un plan de inmunoterapia si está indicado.
Las picaduras de pulgas, mosquitos o de la oruga procesionaria pueden causar reacciones alérgicas intensas. En el caso de los gatos, la hipersensibilidad a las picaduras de mosquito puede provocar dermatitis ulcerativa con lesiones en orejas, nariz, párpados o labios, acompañadas de picor grave e inflamación. En los perros, la dermatitis alérgica por pulgas es un motivo frecuente de consulta, especialmente en animales no protegidos con antiparasitarios adecuados.
Además de pulgas y mosquitos, otros parásitos como los ácaros pueden desencadenar una reacción alérgica. En estos casos, el picor se combina a menudo con infecciones secundarias y otitis externa. La dermatitis pinnal (de la piel de las orejas) puede aparecer junto a otras lesiones en la cara, axilas, ingles o patas.
Los síntomas de alergia en perros y gatos pueden variar mucho según el tipo de alergia y la sensibilidad de cada animal. En cualquier caso, si te preguntas cómo saber si tu perro o gato tiene alergia, hay algunas señales que deben ponerte en alerta:
Si tu mascota presenta alguno de estos síntomas, no dudes en consultar con el veterinario.
Aunque no siempre es posible eliminar por completo la exposición a los alérgenos, sí podemos tomar algunas medidas para mejorar la calidad de vida de los animales alérgicos:
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