Conoce más sobre la trombosis y actúa

La trombosis es una afección de la que últimamente hemos oído hablar en muchas ocasiones. Primero, por observarse que las trombosis, especialmente las venosas, son una de las complicaciones graves que pueden aparecer en los pacientes afectados por la COVID-19 y segundo por la aparición de algunos casos de trombosis extremadamente raros asociados a ciertas vacunas. Sin entrar en ninguno de estos dos aspectos concretos, en este artículo queremos darte las claves para conocer más sobre las trombosis, síntomas, factores de riesgo y medidas preventivas.

¿Qué es la trombosis?

La trombosis es la formación de un coágulo de sangre en un vaso sanguíneo. El vaso puede ser cualquier vena o arteria como, por ejemplo, en una trombosis venosa profunda (venosa) o una arteria coronaria (arterial). El coágulo en sí se denomina trombo. Una vez formado, este coágulo puede ralentizar o bloquear el flujo sanguíneo normal e incluso liberarse y viajar a un órgano. Un coágulo que viaja a la circulación se llama embolia. La trombosis normalmente se clasifica por el lugar donde ocurre en el cuerpo.

El tipo más común de trombosis es la trombosis venosa profunda (TVP), que se presenta en las venas de las piernas, pero el coágulo también puede afectar otros lugares más graves, como el pulmón o cerebro. Dependiendo del lugar afectado, los síntomas pueden variar bastante.

Independientemente del tipo de trombosis, siempre que haya sospecha es muy importante acudir inmediatamente al hospital para confirmar el diagnóstico e iniciar el tratamiento para restablecer la circulación de la sangre, evitando complicaciones más serias que pueden poner en riesgo la vida. 

¿Tengo riesgo de trombosis?

La trombosis no discrimina. Los coágulos pueden afectar a cualquier persona, independientemente de su ubicación, edad, origen étnico o raza. Aún así, existen unos factores de riesgo que aumentan la posibilidad de sufrir esta enfermedad:

- Permanecer hospitalizado un periodo de tiempo prolongado

- Después de una cirugía mayor

- Mantenerse quieto durante varias horas (viajes largos, hospitalización, etc.)

- Presentar alteraciones genéticas que favorecen la coagulación de la sangre

- Estados trombofílicos

- Ser mayor de 60 años.

- Tener antecedentes personales o familiares de trombosis.

- Padecer cáncer o recibir quimioterapia.

- Tratamientos hormonales a base de estrógenos (anticonceptivos orales o terapia de reemplazo hormonal)

Recuerda los signos y síntomas de la trombosis y consulta de forma inmediata con tu médico ante la sospecha de un problema trombótico

Síntomas según el tipo de trombosis

Los principales síntomas de acuerdo al tipo de trombosis son: 

Trombosis venosa profunda (en las piernas):

• Dolor punzante en la zona afectada. El dolor en la pierna es constante, pero se agudiza sobremanera al ponernos de pie.

• Hinchazón de la extremidad. Es habitual que la zona en la que se localiza el trombo esté hinchada y las venas se tensen.

• Sensación de calor. El incremento de la temperatura de la piel es notable. De hecho, puede derivar en fiebre puntual, aunque no de altas temperaturas.

• Enrojecimiento de la piel. A causa del calor, la piel coge un tono rojizo que llama mucho la atención.

• Sin síntomas. Hay ocasiones en los que una trombosis no produce síntomas y acaba por curarse sola. No son muy frecuentes, pero se da.

Trombosis pulmonar

• Dificultad respiratoria.

• Dolor intenso en el pecho.

• Expectoración sanguinolenta.

• Aumento de la frecuencia cardiaca.

Trombosis cerebral

• Dolor de cabeza que puede afectar a una parte o a toda la cabeza, generalmente mantenido, constante, que empeora día a día, que no desaparece con analgésicos y se agrava al tumbarse o al hacer esfuerzos.

• Dificultades visuales, como visión borrosa o doble.

• Vómitos.

• Pérdida de fuerza o sensibilidad en un brazo o una pierna.

• Dificultad para expresarse son menos frecuentes pero posibles.

• En un pequeño porcentaje de pacientes, puede haber crisis epilépticas.

Prevención y tratamiento

Existen métodos efectivos para la prevención y tratamiento basados en medidas físicas, ejercicio, movilización de extremidades, hidratación, medias elásticas.Y farmacológicos basados en el empleo de medicamentos anticoagulantes, siempre prescritos y bajo supervisión médica.