Una dieta astringente es un patrón de alimentación recomendado en situaciones que cursan con diarrea o alteraciones digestivas agudas. Su objetivo principal es facilitar la recuperación del sistema digestivo, minimizando la irritación intestinal y favoreciendo una digestión menos pesada.
Esta dieta se basa en alimentos que ayudan a reducir la secreción intestinal y mejorar la consistencia de las deposiciones. Es una herramienta útil en casos de gastroenteritis, infecciones víricas gastrointestinales, intoxicaciones leves o tras una diarrea puntual por estrés, medicamentos o cambios en la alimentación.
En cualquier caso, si la diarrea se prolonga más de 48-72 horas, va acompañada de fiebre, vómitos persistentes o dolor abdominal intenso, podría tratarse de un cuadro más grave como la apendicitis, y se debe acudir al médico de inmediato.
Los alimentos indicados en una dieta blanda astringente deben ser fáciles de digerir, con bajo contenido en grasa y fibra insoluble. Además, las técnicas culinarias suaves como el hervido, vapor o asado sin grasa son las más recomendadas para no sobrecargar el sistema digestivo.
Evitar preparaciones como frituras, rebozados o alimentos grasos.
Conviene evitar alimentos que irritan la mucosa intestinal, resultan más difíciles de digerir o estimulan el tránsito. Estos son:
Si estás siguiendo una dieta para tratar la diarrea, evita los alimentos que se recomiendan habitualmente en casos de estreñimiento, ya que muchos de ellos contienen fibra insoluble o laxantes naturales.
La comida astringente es clave cuando queremos aliviar molestias digestivas como la diarrea o la gastroenteritis. A continuación, te dejamos un ejemplo de menú sencillo para dos días que puedes seguir mientras te recuperas:
DÍA 1
DÍA 2
Recuerda que este es un ejemplo orientativo. Ante dudas o síntomas persistentes, consulta con un médico.
Cuando los síntomas remiten, se puede volver de forma gradual a una alimentación variada. Se recomienda una reintroducción progresiva de alimentos, siguiendo estas recomendaciones:
Busca atención médica en estos casos:
En nutrición, el término 'astringente' hace referencia a alimentos que ayudan a disminuir la secreción intestinal y la motilidad, es decir, que ralentizan el tránsito intestinal. Esto permite una recuperación más rápida del aparato digestivo en episodios como diarreas agudas.
Los alimentos astringentes más conocidos son el arroz blanco, el plátano maduro, la manzana sin piel y la zanahoria cocida. Estos alimentos contienen fibra soluble, como la pectina, que forma un gel suave en el intestino y favorece la consistencia de las heces.
Deben evitarse alimentos con fibra insoluble, grasas, azúcares refinados y aquellos que irritan la mucosa digestiva, como los fritos, embutidos, frutas tropicales, legumbres o bebidas con gas y cafeína.
La cocción, el vapor y el hervido son las formas preferidas. Evitar freír o rebozar los alimentos ayuda a no forzar un intestino ya sensible.
Sí, es especialmente útil en personas mayores, pero hay que tener cuidado con la deshidratación. Siempre es recomendable el seguimiento profesional para asegurar que no hay carencias nutricionales.
En el caso de los niños, es importante mantener una buena hidratación. Los alimentos deben introducirse poco a poco según la tolerancia del niño. Puedes consultar estos artículos: “Diarrea en niños: qué debes saber” y “Gastroenteritis infantil: cómo evitar la deshidratación”.
Bebe líquidos frecuentemente, aunque sean en pequeñas cantidades. Los sueros de rehidratación oral son la mejor opción. También ayudan los caldos claros y las infusiones suaves.
Cuando las heces se normalizan y hay ausencia de síntomas, puedes volver poco a poco a tu alimentación habitual. Si los síntomas empeoran o reaparecen, consulta con un profesional.
Fuente:
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